martes, 4 de agosto de 2009

¿Es lo mismo pero no es igual?

¿Qué diferencia existirá entre irrumpir en una casa de seguridad y en una iglesia repleta de gente ligada al narco? Tal parece que para la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) existe una diferencia abismal.

Tras los hechos ocurridos en Michoacan, sobre la detención de gente ligada a La familia michoacana, el CEM ha condenado los hechos, como si aún viviéramos en los viejos tiempos donde el hecho de entrar a una iglesia te hacía merecedor de asilo. Si la justicia es un valor universal, la búsqueda de ésta no debe quedar restringida o trunca por un par de grandes puertas adornada con ángeles y cruces barrocas. Los elementos de la PFP y demás fuerzas del orden hicieron bien en ejecutar este operativo tal y como lo hicieron, con inteligencia y sin un solo disparo.

Además habría que definir si el Padre sabía que eran narcos; de ser así, automáticamente se vuelve cómplice del delito.

Que no se enojen los de la Iglesia Católica si los encargados de brindarnos seguridad y justicia -terrenal- hacen su trabajo, que a fin de cuentas les están echando una mano, unos nos dan paz espiritual mientras los otros nos dan seguridad en las calles.

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