El hecho de entrar ilegalmente a los Estados Unidos nos convierte -queramos o no- en delincuentes. Ahora resultan que contrario a las promeras de Barack Obama se promulga una ley anti inmigrantes en Arizona, con la cual "molestarán" a todo el que tenga aspecto de mexicano.
Una ley que en esencia quiere detener el exceso -porque realmente lo es- de inmigrantes queriendo entrar a los Estados Unidos, sólo que es aplicada inmensamente tarde. Hoy, tu pueblo, mi querida gobernadora de Arizona, depende de la economía de los mexicanos, lo quieras o no, y el hecho de que tú causes temor en ellos harán que tu economía se caiga. Así de fácil, absurdo y sencillo.
Tal parece que estamos por ver cómo la película de Un día sin mexicanos se vuelve realidad en una escala menor, mientras el gobierno mexicano -como siempre- se limitará a condenar los hechos; como si las condenas orales dieran pauta a detener las acciones...en Estados Unidos crueles y tardíos y aquí ilusos e inútiles, ¡qué combinación caray!
