Muchos columnistas se darán -o nos daremos- la oportunidad de crear una columna necrológica; sin embargo, ésta tendrá algo peculiar y común: será dedicada al Ex Secretario de Gobernación, Juan Camilo Mouriño.
Y no es el hecho de dedicar un escrito post portum, sino el hecho de que de acuerdo al proceso de la opinión pública estaremos dando paso a una serie de especulaciones que alimentará el caso con más y más "información".
Hay periodistas que se han reservado el derecho y han preferido aguardar a tener datos más certeros. Decisión oportuna. No obstante, habrá otra gente –fuera del periodismo- que comenzará a hablar y a comentar suposiciones que podrán llegar a sonar absurdas. ¿Lo peor? Que mucha gente las repetirá sin analizar qué tan veraces pueden ser.
Quizá en dos semanas la magnitud del caso habrá disminuido, pero las mil y un versiones sobre la muerte de Mouriño permanecerán hasta que la verdad salga a flote, si es que logra salir -o la logran sacar-.
Por otra parte, esta es una buena oportunidad para saber qué tan apegada está la gente con el gabinete federal. Afortunada o desafortunadamente la muerte de un funcionario revela –en ocasiones- cosas que en vida no salen. La gente debe mostrar –y lo hará- su unión o falta de ella al gobierno federal.
Lo que nos queda, hoy por hoy, es esperar y dar paso sólo a las especulaciones necesarias. ¿Cuántas deben ser? No tenemos respuesta; sólo sabemos que las necesarias. Sin exceder de ellas; ya que éstas serán las que puedan ayudar a esclarecer el hecho si y sólo sí es guiado por un experto.
Es sátira y cuestionamientos llevados a una breve columna con temas de actualidad. jrosas@elfinanciero.com.mx
jueves, 6 de noviembre de 2008
Circo Polaco
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Requien for a dream
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