domingo, 4 de enero de 2009

El precio de la ayuda


"La gente con una discapacidad física son seres humanos dotados de una perfección espontánea y bella, han sido perfeccionados por la vida"
Alejandro Jodorowski
Por: Hugo Soriano

Ya no parecen lejanos esos días de Diciembre de 1997 en los que en los se había asimilado la falta de presupuesto en la economía nacional mexicana debido a los fallos de anteriores años en materia de devaluación, inflación, etc. Aun en medio de todo lo que parecía apuntar a una dirección de un país en crisis, nace Teletón en México; un concepto a nivel mundial que sustenta la industria privada para el apoyo a gente de diversas índoles, mismas que van desde los pocos recursos hasta el apoyo general a un desastre. En el caso de la tierra azteca llegó con la finalidad de ayudar a la gente de capacidades diferentes, con los albores de desarrollo de una nueva cultura de ayudar a nivel masivo.
Tuve la oportunidad de contribuir con mi profesión en un par de ediciones de Teletón en el área de staff de producción (ing. de audio) y para aquellos años desconocía de las cosas de los medios de comunicación; iba con ilusión de participar en la magnitud del evento. No me quejo, fue generoso el trabajo y el

pago, sin embargo me sirvió para analizar muchas cosas ahora expuestas en este ensayo.
A partir de esos días específicos de Diciembre, ocurre el pensamiento onírico de los más susceptibles y vulnerables ya con 12 años de vigencia, en los que el aparato mediático hace un festín desplegado de apabullante tecnología en comunicación, en espectáculo, en variedad de estrellas, en difusión y campañas, y el ideario de generar nuevas estrategias para lograr las metas (cada vez más cercanas a lo inalcanzable, sin sonar pesimista) etc. Y es precisamente ahí en las metas a lograr en donde se influye y persuade a las masas. El sentirnos culpables de no ayudar, nos aborda o nos lastima; lo consecuente es que cedemos. Son las cápsulas el spoteo intenso en medios y el impacto de los contenidos en materia de Teletón los que nos hacen impulsar al deseo de hacerlo; Pero ¿qué acaso, sólo al último trimestre del año, recordamos a los que tienen una capacidad diferente?, bueno la respuesta sencilla hablando mercadológicamente.
Citando a Aristóteles, quien refleja en la psicología de las personas un fundamento de la humanidad en el bien material y su estructura, como base y rebasado por la inteligencia y voluntad, que en lo que atañe al evento mismo es lo prevaleciente, “la voluntad de ayudar”, sin el carácter impositivo material como se es manejado en el inconsciente colectivo. Y ya con la dualidad humana entre ello y el súper yo, que nos dicta el primero en la apatía de la participación y el segundo en sentir culpa de no hacerlo, bien entonces el ser humano se mortifica en ésta decisión y es llevado a una fuerte absorción social que puede llegar o no a modificar su patrón psicológico ante el magnífico evento organizado por Televisa.

De unos años para acá la modalidad publicitaria se ha visto modificada a prevenir a las audiencias ya hasta con cuatro meses de anticipación al evento; los donativos desde luego empiezan por las calles con el famoso boteo (mismo que es ultrajado por los vivales y los piratas). Para este año el jingle ya conocido y sonsoneteado por todos, suena en las principales radiodifusoras participantes y en TV las marcas hacen su participación en función del siguiente análisis persuasivo:
1.- La apelación a sentimientos.- como no sucedería, éste con una función conativa del individuo y parte aguas de los siguientes puntos. Acaso no es por humanidad conmovedor las experiencias de los casos expuestos por Teletón.
2.-Repetición.- El bombardeo reflejado en impactos en medios, de forma constante.
3.-Simplificación del mensaje.- quien no ubica el imagotipo, todo lo gráfico, el 9999 de Lucerito, y demás para ya entender en ellos todo lo que está detrás de la organización.
4.-Desvirtualización de la información.-Referente a que absolutamente todos, sin discriminar razas, status social, género, etc, podemos entender el mensaje y a su vez participar en ello y para ello.
5.-Contagio Psíquico.- La masificación del evento mismo. A niveles estratosféricos.
La ayuda por parte del sector privado es de factor importante. Para inicio de cada año, ya está a la venta el tiempo de patrocinio del evento, a su vez a

mediados ya está vendido, para su difusión a fin de año con la culminación del evento. Pero atención si el día del suntuoso evento usted desea salir al aire en

medio de la figura pública y un cheque gigante, deberá pagar una cuota aún más alta, ya que el tiempo en medios no es gratis, incluso en Teletón.
Teletón finalmente llega cada año con una causa demasiado altruista pero con algo moviéndose en el interior de las instituciones y sus funciones. Hacer el bien sin mirar a quien y dejar el beneficio de la duda a aquellos a quien hacemos el donativo debe ser el pensamiento del individuo que acepta entrarle con el pesito. Y siéntase afortunado si sabe piensa así y porque realmente estará incrementando su grado de humanidad, más allá de la masificación.
Porqué no hacer campañas para reforzar los modelos educativos de los mexicanos, ya que actualmente son inexistentes, ahí encontraríamos un pilar para “ayudar”, no sólo un día en específico. Si parte de nuestra cultura estuviera encaminada más a la ayuda al prójimo, al necesitado o por simple humanidad, no seríamos tan instrumento de los medios, haríamos cultura cívica de apoyo. El Teletón es como sólo acordarte de tu madre en Mayo 10, de que eres mexicano en Septiembre 15, de iniciar con nuevos propósitos en Enero 1. Se nos educa al grado de penetrar nuestra psique, para sentirnos vivos al respecto en esos días, para no vivir una plenitud humana en valores universales, para ajustar la “culpa” y reflexionar en días específicos, como en la vida, la madre, los maestros, el amor, la independencia (que para ser honestos lo somos en México), etc. Es esa nuestra

cultura, es eso nuestro entendimiento de sentirnos aceptados por la sociedad, y no de sentirnos seres individuales con valores enaltecidos.
Una pregunta lanzada al aire sería si el resultado de Teletón sería el mismo sin tanto uso del mass media, es decir, sin spots, sin grandes campañas y precampañas, sin artistas ni figuras públicas, sin parafernalia, sin los ordeñados botes (que sólo sirven para mantener algunas veces los vicios de los estudiantes los cuales se ofrecen a hacer la noble labor), en otras palabras, sin tanto circo mediático. ¿Hasta dónde es cultura por parte del individuo en México?, ¿Hasta dónde realmente quiere ayudar?, o sólo lo hace para llenar el vacío decembrino del alto consumo de materia, ¿simplemente lo hacemos para estar IN, en una sociedad influida por la TV?, finalmente no olvidemos quien es el gran jefe de la casa. Si la tele lo dice es porque es lo correcto, en este caso, no se trata de la acción ayudar, sino de un pretexto para cumplir con nuestro jefe, al menos los porcentajes de la gente que dona algo a la causa, lo hace más por sentirse movidos por el deseo inconsciente de salir al aire en las transmisiones o que su foto esté en algún encabezado, sentirse parte de televisa, etc. Y ¿Qué pasará el día que no se llegue a la meta?
Nunca desacreditaré la ayuda como acción, sin embargo, no al precio de la institución. ¿Qué es el Teletón? Ayuda o búsqueda de intereses privados. Incentivemos y tengamos un aprendizaje a la voluntad de la ayuda, más no la masificación.

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