lunes, 13 de julio de 2015

Pensar "a largo plazo"

El crimen organizado da otra lección al gobierno federal de que la “organización estratégica” es la clave. Si en las secretarías de estado tuviéramos a gente bien calificada, y no al amigo o al compadre, la política en México sería distinta. Cierto, eso ya todos lo sabemos. Sin embargo lo que pocas veces hemos pensado es en el claro ejemplo que da la delincuencia organizada al gobierno sobre cómo se debería trabajar.

Tras la noticia de El Chapo lo primero que nos brinca a algunos es:  ¿y nadie notó los camiones de escombro sacando la tierra?  Al parecer somos bastantes los escépticos.

Algo que pocas veces se hace en el gobierno, en cualquiera de sus niveles, es pensar a mediano o largo plazo. Todo es “mientras dure la gestión”, por eso los baches, por eso los endeudamientos, por eso, es pocas palabras,  estamos como estamos. Esta vez el crimen organizado dio una lección al gobierno sobre cómo deberían trabajar: pensando estratégicamente y a largo plazo.

Según especialistas una de las probabilidades es que el túnel haya tardado cerca de un año en ser terminado. ¡Un año! Y El Chapo lo sabía, para salir había que hacer las cosas bien. Punto.

Con una cuadrilla de 4 trabajadores laborando jornadas de 10 horas aproximadamente (tal y como una obra “normal”) lograron al cabo de casi un año trazar lo que en Holywood se llamaría el escape perfecto. Y la clave fue el lento avance, para que el sacar la tierra fuera de tal forma que nadie sospechara nada, pues esa era la clave, ese justamente  podría ser el detonante. Estamos de acuerdo que un camión al día no llamaría la atención de nadie. Ni de nosotros los más escépticos sobre todo con el referente de que la casa por la cual salió el Chapo estaba en medio de la nada. Sólo 6 viviendas en un rango de 1.5 km a la redonda.

El Chapo logró un segundo escape. Peña nieto dice que es “una afrenta” (Hecho o insulto que ofende gravemente a una persona por atentar contra su dignidad, su honor, su credibilidad, etc.- REA) Si Peña sabe en realidad la acepción de “afrenta”, y de acuerdo a la definición,  quiere decir que lo ve  no como un tema de seguridad nacional, sino como un tema personal. Si eso va a motivar a Peña a cambiar las cosas, bien por El Chapo. Ojalá nos deje a un presidente un poco más estratega, un poco más celoso del deber, un poco más brillante (o un mucho).


Ahora El Chapo tiene dos reconocimientos: el gran narcotraficante que fue y al parecer sigue siendo, y el que este segundo escape le da, pues se suma a la lista junto a personalidades que lograron grandes escapes, como David Kaplan y Alberto Sicilia.  Nosotros, todos, tenemos esa gran lección: pensar a largo plazo es la clave.

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